fotografía y moda en un entorno inspirador
METAL
magazine
Las
casas que cuelgan de las colinas son de color melocotón y lo demás son
jardines, muchos jardines. Me dice Melvin Sokolsky, el fotógrafo sobre cuya
obra se expone aquí una retrospectiva, que esta Hyères de la Costa Azul
francesa no dista mucho de su California. Tanto mar y playa, casas melocotón y
jardín. Personalmente, lo que me atrapa de Hyères son sus alrededores
protocapitalistas. Piscinas de plástico y macetas, pistas de coches de carrera
para niños, parques de atracciones y caravanas amontonadas…
El
Festival International de Mode et de Photographie de Hyères es menos onírico de
lo que había imaginado. Lo descubro al final, al recordar el tono de Diane
Pernet en sus crónicas filmadas sobre estos días de fashion y fotografía. Claro
que ella tiene esa voz cascada, pero ahora encuentro que su acento monocorde y
las oraciones sin verbo tienen que ver más con divagar que con un clima de
ensueños. Reflejan la forma en que transitamos por la villa Noailles; atentos a
los detalles, despiertos pero relajados, gustosamente. Estimulante, evocador e
inasible de a ratos, Hyères y sus exposiciones, desfiles, buffets, cenas y
fiestas resulta más cálido, gratamente previsible y real que los sueños.
Desde el
principio hay que dejarse llevar. Trepar a la villa Noailles, la casa cubista
que los antiguos mecenas del arte Marie-Laure y Charles de Noailles hicieron
construir en los años veinte y donde se realiza gran parte de la actividad. Una
vez allí, subir y bajar escaleras entre pasillos estrechos que conducen a
muchos cuartos y quizás a alguna de las terrazas. En algún momento descubrir
que en la suma de terrazas se ejercita la mirada cubista, sobre el césped del
jardín y la gente que se estira en las tumbonas. De la misma manera variable y
en movimiento en que se contempla arte y moda en el festival.
En las
fotos de Melvin Sokolsky las mujeres son frutas exóticas. Desde los sesenta
hasta la actualidad, las escenas son de un surrealismo calibrado y las mujeres
tan fememinas como ya no solemos ver. Él es un maestro exento de ego al que
todos homenajean durante el festival. La exposición de The Sartorialist tiene
pocas fotos pero escogidas excelentemente. Pienso en el punctum barthesiano.
“Los zapatos de tiras”, dice Barthes en mi cabeza mientras contemplo el gesto
afectado de una mano con guante negro. Así punzan las imágenes de The
Sartorialist; distraen de la ropa como complemento y retienen en la intensidad
del retrato. En la piscina cubierta, Haider Ackermann tiene una instalación con
unas prendas ligeras como el aire tibio y otras pesadas como árboles
centenarios. Cuelgan de sogas entre el techo y el suelo, mientras suenan unas
notas suaves, acompasadas. También exponen imágenes e instalaciones Felipe
Olivera Baptista, Popel Coumou, Jessica Roberts, Ludivine Caillard y Éric
Lebon, y se pueden ver cortos y vídeos de You Wear It Well.
(sigue en COMMENTS)