21/3/12

stay playful


APARTAMENTO magazine
Cuando salgo del archivo repleto donde he husmeado un rato, Javier Mariscal ha vuelto a coger la paleta de colores y se concentra en pintar el mundo. El globo terráqueo tiene unos setenta centímetros de diámetro y es la nueva idea in progress para la productora italiana Magis, una pelota para niños entre dos y seis años. A su lado hay una enorme pintura de formas sinuosas y colores estridentes. También ha trabajado en el lienzo recientemente.
Los Garriris de Javier Mariscal van camino de cumplir cuarenta años. Aparecieron por primera vez en el comic El Rrollo Enmascarado en 1974 y, desde entonces, la espontaneidad de Fermín, Piker y Julián no para de colarse en cada proyecto que emprende el creador valenciano, ya sea solo o junto a sus hermanos y estudio imprescindibles. El lazo genético es un grito estético en Cobi, la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, las sillas Garriri y Julián o la última campaña para Camper, pero también en el interiorismo de los hoteles de lujo o en la peli Chico & Rita está presente el espíritu de aquellos primeros personajes y la frescura de su trazo a mano alzada. Esa fidelidad, esa visión, es la marca de estilo Mariscal.
Al Palo Alto de Barcelona hemos venido a buscar al creador de imágenes, un niño grande que cuelga las piernas de los apoyabrazos de la silla mientras hablamos, aún necesita dibujar para encontrar sentido y venera la mente de los niños. El lugar es un antiguo complejo fabril donde hoy conviven una veintena de empresas; un auténtico vergel con buganvillas, hiedras y parras que alcanzan los diez metros de altura, una huerta, un estanque con nenúfares y una infinidad de plantas silvestres. La nave enormísima donde se encuentra el estudio ha albergado hasta 80 personas durante tres años para la producción de Chico & Rita. Hoy son muchos menos, pero igual hacen ruido. Nos sentamos fuera, en un jardín tranquilo.
(sigue en COMMENTS)

5 Comments:

Blogger Paula Yacomuzzi said...

Palo Alto es un lugar alucinante. ¿Cuánto le debe a tu obstinación por quererlo convertir en un lugar verde, como me han dicho?

El Poli [Mariscal señala a un hombre con una carretilla a nuestro lado que recoge hojas secas]. El que debía de trabajar siempre dice que está medio enfermo y nunca viene, pero Poli es el que realmente lo lleva todo.


Seguís teniendo la huerta.

La huerta la lleva Poli también. Yo la llevé hasta que tuve los gemelos, ya luego no podía mas, no tuve tiempo.


¿Y sacáis algo?

Siempre. Tomates, judías, zanahorias, cebollas, pimientos, berenjenas, acelgas, espinacas…


Da para alimentarse.

Sí. Bueno, Poli ahora reparte. Siempre intenta darme, antes de que yo pregunte, ya me dice “Toma, toma”.


¿Es propiedad vuestra?

Nosotros somos una fundación y tenemos una concesión. Intentamos comprarlo pero había un litigio con el ayuntamiento porque esta manzana está catalogada y no se puede construir apartamentos, debe ser para usos culturales. Por eso en la misma manzana hay una iglesia, un colegio y luego unas casitas que no se han atrevido a tirarlas porque no tienen ningún proyecto y una calle que cruza en medio.


El hecho de que sea una concesión, ¿hace peligrar su existencia?

Podría pasar que se lo cargaran, pero sería un escándalo. Al ayuntamiento le interesa que esto tenga vida. Lo compraron porque hubo un juicio y tuvieron que hacerlo. Entonces vieron que nuestro proyecto les interesaba mucho. Así que creamos la fundación y aquí estamos.


Veintipico de años que estáis aquí...

25 hará el año que viene. Llegamos en el 88.


Vayamos a los niños. En 2004 publicasteis algunas historias para niños con el personaje de Lula como protagonista. ¿Es el primer libro que haces explícitamente para niños?

Sí, creo que sí. Nunca había publicado un cuento para niños a través de una editorial, aunque sí hemos hecho pequeñas historias y muchas cosas para niños.


Julián, Alma y Linus, Reiet, Ladrillos, Villa Julia… Tenéis una extensísima y riquísima creación de mobiliario para niños. ¿Cómo surge esta línea?

Esto es un proyecto de Magis, la colección Me Too, y está dentro de lo que decide el señor Perazza, el propietario de la productora. Hay muchas ideas, hasta prototipos que hemos llegado a hacer, que luego no los saca. Él es así, está sonado, hay días que me enfado mucho con él. Los muebles surgen a través de conversaciones e intercambios con él. Ahora, por ejemplo, estamos trabajando en una bola, una pelota del mundo que se hará en plástico blando. Llegará a la altura del mentón del niño, así la podrá abrazar, por ejemplo. Tendrá los diferentes continentes, el ecuador, el Polo Norte, el Polo Sur… Ahora la estoy pintando para ver cómo la produciremos realmente.


Nido y Baúl son dos muebles-objetos que los niños pueden utilizar de un modo muy libre, explorándolos. ¿Cómo se diseña para niños?

Pues se trata de hacer objetos que los niños puedan usar bien. También, por ejemplo, yo quería muchas más líneas en cartón y Magis simplemente quería la casita, Villa Julia. Si hay algo característico de los niños es que crecen muy rápido y enseguida dejan de usar algunos de sus objetos. En los adultos, se pueden establecer etapas largas: de 13 a 18-20 años, de 18-20 a treinta y algo, de treinta y pocos hasta adultos, según qué tipo de producto en realidad. En los niños, en cambio, está el primer año, cuando cambian y evolucionan de un modo increíble. De hecho, yo diría que las etapas son: hasta los seis meses, hasta los 10-12 meses, hasta el año y medio o dos, y luego hasta los tres años, de tres a seis años y de seis a doce. Entonces ese mundo se debe tener en cuenta al diseñar para niños. Por peso y por medidas, en principio, que sean adecuados para ellos. Aunque lo más importante es que ellos vean que está hecho para ellos, que no es de los adultos. Eso es lo fundamental.

1:11 p. m.  
Blogger Paula Yacomuzzi said...

Respecto de los muebles de cartón, te gustaba la idea de hacer muebles cuyo uso se transformara a lo largo del tiempo, con los años.

No. El asunto es más bien que el cartón se deteriora bastante rápido, entonces está bien que dura poco y ese mismo niño ve que un objeto entra en su vida y cómo ese objeto muere. Me gusta mucho esa idea. Que él mismo vea que, en la vida, todo lo que nace muere.


Que no sea él quien crece y deja de usar el objeto.

O que, simplemente, ya no lo usa, como tantas veces… El otro día, a un niño de diez años le costaba mucho darle a un primo suyo una especie de correpasillos, que era uno de sus juguetes preferidos. Aunque ya no cabía y no lo había tocado en dos años. “Venga, vamos a dárselo al primo.” “No, que no.” “Pero si ya ni cabes aquí, es imposible que lo uses.”


Muchas veces tú hablas de la importancia de mantener la mente de un niño para crear, del juego y la diversión como mecanismos esenciales en la mente creativa.

Bueno, eso es algo que te das cuenta. La gran mayoría de diseñadores gráficos, industriales, arquitectos, artistas siguen trabajando y funcionan a través de una manera de pensamiento que se utiliza desde pequeño y que consiste en jugar, en decidir que una piedra o un bolígrafo es un avión. Así se produce una manera de entender aquel objeto en torno a la imaginación. Recuerdo un verano que tuvimos que recoger la casa tres días antes de irnos. Los niños se quedaron sin juguetes y sin nada en absoluto, sólo había unos colchones. Enseguida establecieron todo un sistema por el cuál aquí estaba la cocina, por allí la selva, aquellos eran los monstruos… Estuvieron tres días jugando así, con unos palos tan sólo. No había unos límites físicos pero ellos lo tenían muy claro que a partir de tal lugar entrabas en la selva donde estaban los monstruos. Eran seis niños y todos lo tenían muy claro.
A partir de los 12 o 13 años, los adultos arrojan la piedra y dicen que eso no es un avión, que es una piedra. Así rompen con un aprendizaje y un pensamiento que luego ves que mucha gente continúa utilizando para trabajar, creando siempre este humor, esta manera de jugar. Un buen ejemplo es el trabajo de Ingo Maurer. Él no ha dejado de jugar. Y ahora se empieza a hablar mucho del valor de lo emocional en la persona. Pero yo, que soy mayor, en los setenta y ochenta, sobre todo, pues era una forma de insulto decirle a alguien que parecía un niño pequeño. El juego tiene esa dimensión de lo simbólico. Muchísimo antes de que existiera la comunicación escrita, ya existían primero los silbidos y sonidos e inmediatamente también el grafismo para representar visualmente una vaca, un mamut, una montaña… Con cuatro rayas, quizás. Todo muchísimo antes de que existiera el alfabeto.

1:14 p. m.  
Blogger Paula Yacomuzzi said...

¿Por qué ocurre que los adultos dejamos de pensar de este modo que tú describes?

Pues… normalmente no soy nada reflexivo y no pienso en nada de todo esto. Pero como siempre hay periodistas pesadísimos que parece como si fueran psiquiatras, pues le das vueltas al tarro. Hace unos años, empecé a ver que hay mucha gente que ve una piedra y piensa que sólo es una piedra. Es un tipo de gente que mantiene relaciones sociales “adultas”, sobre todo hace algunas décadas cuando se pensaba que los grandes asuntos y decisiones del mundo son sólo racionales. Pero lo que siempre nos ha movido son los sentimientos, perseguimos el placer y la felicidad. ¿Cómo conseguir vivir mejor y más confortable? Ésta es la clave. Ya los hombres primitivos soñaban con los sofás de Moroso, y con mantas, y ositos de peluche, y chimeneas perfectas que te den el calor perfecto.
No lo sé. Supongo que es un tipo de gente que decide que no les interesa eso. Mientras otros no dejan de seguir valorando el juego. El otro día, en una conferencia, Christoph Niemann hizo unas fotos de las pizzas que estaba tomando con sus niños y, a través de la animación, mostró cómo al cortarlas se convertían en monstruos. Pues es algo que siempre he hecho. Te ponen un plato de risotto y lo primero que haces es [dibuja sobre la mesa con el dedo] unos ojos, una boca, un bigote, una oliva por aquí y entonces ves la cara. Siempre jugando…


Los niños también arrastran a ese lugar. ¿Te diviertes con tus hijos?
Pues sí, claro que me divierto.

Como todo el que tiene hijos. Si le preguntas a un padre qué es lo mejor de su vida, siempre te dirá que son los hijos. No sé por qué tenemos esa especie de fuerza emocional que creemos que son lo mejor del mundo. Luego resulta que todos los padres piensan lo mismo, que su hijo es el más guapo. Y eso es fantástico. Te dan mucha felicidad.
Yo a mis hijos nunca los he considerado muy míos, sino como unas personas que he tenido la gran suerte que están viviendo cerca de mí. En cambio, las mamás los consideran suyos, porque es verdad que han salido de su vientre. Ahora mi nieto todavía está creciendo de lo que le da su madre. Ella dice “Mira, mira cómo me sigue”. “Bueno, lo que pasa es que para él tú eres la nevera.” La relación que una madre tiene con un hijo es muy física, de piel. Pero cuando un padre ve nacer a un hijo, adora a su mujer, piensas que es una diosa que ha logrado sacar vida de su propio cuerpo. Es una de las experiencias más fuertes que hay.


¿Cómo es ser padre y abuelo al mismo tiempo?

Yo no veo mucha diferencia. Simplemente es uno más en la familia y ya está. Yo encantado de tener una cosita pequeñita ahí al lado. Tampoco vive con nosotros, así que lo ves menos.


Pero hay una diferencia de roles quizás... El padre debe educar.

Sobre todo criar. A los niños en portugués les llaman crianças, me gusta esa palabra.


Empezaste haciendo muebles muy joven. ¿En qué momento pasaste del papel, de los dibujos, a las tres dimensiones?

Mi primer mueble fue un taburete que me encargó un conocido de Valencia que me dijo “Compré un bar y quiero que me lo hagas tú”. “Pero yo no sé nada de eso, yo sé dibujar.” “Ya, pero he visto dibujos tuyos muy bonitos de bares y me gustaría que me lo hicieras.” Busqué enseguida a Fernando Salas, un amigo que realmente es interiorista y sabía de hacer planos, hablar con un carpintero. Y desarrollamos aquel primer bar que se llamaba Dúplex, en el año 79. Luego no nos gustaba ningún taburete de los que había en el mercado, entonces yo empecé a dibujar posibles taburetes, ya que todo nace siempre del dibujo para mí. Luego visité un herrero por primera vez, luego un tapicero… Entonces pensé que aquello de hacer muebles estaba chupado.

1:15 p. m.  
Blogger Paula Yacomuzzi said...

¿Habías tenido previamente algún contacto con el trabajo manual?

Bueno, antes en los setenta, había empezado a hacer cosas con cerámicas. Siempre era interesante decorar cerámicas o azulejos, o hacer formas con barro y luego cocerlo y pintarlo. Incluso en mi primera exposición en el 77 convertí la galería en un hotel y decoramos con cartones y maderas. Y mi primer trabajo pagado fue escaparatista. Así que siempre he tenido mucha facilidad con esto… Yo empecé haciendo tebeo, más que tebeo, dibujo, dibujo, dibujo siempre. Pero nunca he visto ningún problema de pasar del dibujo al volumen.


¿Dibujas cada día?

Más o menos, creo que sí. Unos días debo dibujar letras… Ahora hemos planteado un stand para una compañía multinacional en Chile. Partes de un dibujo, envías unos esquemas… También vamos a iniciar una valla de dos metros y medio para una marca de cerveza. Estamos desarrollando unas esculturas que al mismo tiempo son lugares de encuentro, sombrajos, marquesinas. Pero el dibujo siempre debes pasarlo a volumen. Enseguida coges alambres, haces una pequeña maqueta y ves cómo puede funcionar. O pasas un dibujo al ordenador para continuar. Pero ¿cómo llegas a todo esto? Pues dibujando y pensando.


Hay una dimensión muy conceptual en tu trabajo que normalmente se pasa de alto.

Pues sí.


Tambiés sigues pintando.

Ahora he terminado unos cuadros que me han pedido. Ya me gustaría que me pidieran más, si pudiera vivir de eso…


Muchos autores se cansan de sus personajes de historietas, hasta los terminan matando. Tú continúas trayendo a la vida los tuyos en nuevos proyectos. ¿Cómo es que convives tan bien con tus creaciones?

Ni idea, no lo sé. Este tipo de preguntas… Este tipo de profesión es muy personal. Hay ilustradores que trabajan desde más de treinta años con el mismo papel, la misma mesa, el mismo tipo de personaje, hasta la misma imprenta casi, y son felices. Otros que no, que necesitan cambiar mucho, les hablas de un personaje de hace veinte años y lo ven como algo remoto. No lo sé…


Has publicado recientemente Mariscal’ Sketches, Drawing Life, una recopilación de los Garriris y has tenido una hermosa retrospectiva en La Pedrera de Barcelona. ¿Son una especie de autobiografías?

No. Pero sí, necesitaba… Drawing Life nació de la exposición del Design Museum de Londres, que me obligó a hacer una reflexión. Allí ha sido muy importante Pedrín, mi hermano, que es mucho más reflexivo y conceptual que yo. Aunque primero planteamos Sketches, que es algo muy personal, una especie de recopilación y collage que me gusta mucho, donde los dibujos de los 70 se mezclan con los del 2000, a veces ampliando, recortando o tachando. Garriris también tenía muchas ganas. Tengo muy pendiente hacer una especie de historia larga, nueva, sobre los Garriris. Y antes de ello me gustaba la idea de hacer un libro como el que hicimos, con el apoyo de un editor que le gustó mucho la idea. Luego vino la exposición en La Pedrera y próximamente haremos una similar en San Sebastián, donde se muestra y trabaja sobre el lenguaje. La exposición de La Pedrera fue una evolución sobre la de Londres, pero con un carácter más didáctico que le dio Pedrín. Había diferentes niveles, de modo que un niño y un adulto que trabaja en gráfica podían ver algo en ella. La visitaron muchísimas familias. Mucha gente me ha parado por la calle para comentarme lo bien que se lo han pasado. Es la primera vez que he conectado tanto con la gente, normalmente no me entero de sus reacciones.

1:15 p. m.  
Blogger Paula Yacomuzzi said...

¿Cómo te sientes con esta Barcelona tan celebrada y criticada al mismo tiempo?

Pues yo me siento encantado, sino no estaría aquí. Hay cambios con los que he alucinado. Cuando llegué a Barcelona en los años setenta, era una ciudad gris realmente triste. El contacto con el mar eran sólo veinte metros. Abrir el puerto a la ciudad, sacando las vías del tren de la costa y recuperando las playas, ha sido una operación maravillosa. También la Ronda es fantástica, la Diagonal que llega hasta el mar, la limpieza de la Barceloneta... A mí todo me parece fantástico.
Una de las mejores operaciones ha sido diseñar los pasos de peatones con una pequeña rampa. Recuerdo que fue un dolor para las ciudades cuando salieron estas normas para facilitar la circulación de personas en sillas de rueda. Pues como lo han hecho en Barcelona es un ejemplo. Es para todos, los que van en moto, en bici, los que llevan un carrito de la compra, el cochecito del niño. Es un detalle democratizador y ha hecho la ciudad más agradable.
Que eso está mal y que todo es de diseño…, bueno, la sociedad evoluciona. Antes nadie venía a Barcelona, todos pasaban de largo hacia el Sur y la Costa Brava. A partir del 92, Barcelona empieza a ser un destino turístico. La semana pasada, con las conferencias de AGI en Barcelona, los grafistas se han quedado despachurrados. Con el tiempo, la ciudad y esa mezcla tan de Barcelona que decía Montalbán: “Una ciudad del Norte en un país del Sur”. Una ciudad casi alemana, con muy buena organización, y además muy pequeña y con unos grandes límites geográficos. Y todo se ha hecho a partir de un territorio inóspito y con mucha humedad. Barcelona es como una señora puta, que ha sabido siempre pintarse los labios y atraer a la gente. Al final hasta ha logrado ser incluso bella, una belleza rara.

1:16 p. m.  

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