23/10/07

cultivar la anomalía


METAL magazine
Mercedes Helnwein nació y creció rodeada de la excentricidad y las prerrogativas del arte, pero también de sus capacidades poéticas, transformadoras, subversivas (sobre todo) y hasta redentoras. Nuestra entrevistada resulta ser un espíritu singular: libre de especulaciones, se afirma en unos valores algo demodé que ya estábamos echando de menos.
Esta joven artista vienesa, dibujante compulsiva y escritora de aventuras, portadora de un talento escurridizo y que vende su arte a grandes postores y publica los libros que escribe, es una amante apasionada del blues y del río Mississippi que proclama que todo europeo debería visitar Estados Unidos al menos una vez en su vida. Sobre todas las cosas que se pueden contar de su obra y de su vida sorprende lo que comentan quienes la frecuentan: que no hay narcisismo en su manera de estar, que le falta esa urgencia tan corriente en el mundo del arte de constituir una imagen propia como artista. Su amigo Jason Lee (protagonista ahora de la teleserie Me llamo Earl), es uno de los que sugieren la singularidad de Mercedes: “Para mí, Mercedes encarna la verdadera búsqueda del arte, y me quito el sombrero ante ella porque mantiene aquello que tantos tíos tan creativos nunca tuvieron o dejaron ir porque de algún modo se perdieron en el camino. Hablo de la sinceridad y la pureza”.
(sigue en COMMENTS)

1 Comments:

Blogger Paula Yacomuzzi said...

El padre de Mercedes es Gottfried Helnwein, artista y provocateur sobre el que poco cabe agregar para quienes ya lo conocen. Para el resto, baste explicar (e intentaré hacerlo breve) que Herr Helnwein es recordado por un público amplio debido a su portada para el álbum Blackout de los Scorpions, de 1982, en donde aparece un autorretrato suyo con la cabeza vendada, y en los últimos tiempos por sus colaboraciones con Marilyn Manson, de quien además es el padrino de esa boda con Dita von Teese que ya ha prescrito. Sin embargo, Gottfried Helnwein es un artista inagotable que ha trabajado todos los medios, las disciplinas y los formatos y cuya capacidad de alarmar y escandalizar ha llegado a las gentes más diversas. Los críticos elogian su obra por su coherencia a lo largo del tiempo al explorar la condición humana, con trabajos que tratan desde el universo nazi o presentan versiones amenazadoras de Mickey Mouse y el Pato Donald, hasta pinturas hiperrealistas de niños heridos que ilustran la fragilidad de la infancia. También ha realizado la escenografía y el vestuario de numerosas obras de teatro, ballet y ópera, entre muchas otras incursiones que merece la pena conocer.
Los niños Helnwein, con nombres tan particulares como Mercedes (un nombre de coche en tierras germanoparlantes), Cyril, Ali Elvis y Wolfgang Amadeus, se criaron entre tarros de pintura y maquetas de decorados; inauguraciones en las que tropezaban con Andy Warhol o en las que Keith Haring les dibujaba las manos; aventuras sin televisión ni videojuegos en los feudos del castillo familiar en la campiña alemana y colegios de elite en donde recibieron una formación sólida. Actualmente todos se dedican a actividades artísticas: a la música, la fotografía, el arte o la escritura. Mercedes es la mayor de los cuatro, nació hace veinticinco años en Viena y después la familia se trasladó a Alemania. Hizo los estudios primarios en un colegio irlandés junto con su hermano Ali, el músico; el instituto en Florida; y en el año 2000 llegó a Los Ángeles. Como a muchos otros, la meca del cine le pareció una ciudad detestable; plagada de smog y autopistas, allí “la gente es incapaz de distinguir una mierda de otra”, pensó —y escribió— al principio. Pero más tarde se encontró con un substrato de artistas y músicos que viven a la sombra de Hollywood y el desprecio inicial viró hacia un amor absoluto por un lugar “donde todo es posible”. Hoy vive entre Los Ángeles y el castillo de la familia en Irlanda.


Vayamos a tu infancia. Te sentiste decepcionada cuando se mudaron a vivir a un castillo. ¿Por qué?
[Risas.] Bueno, nací en Viena y viví allí hasta los seis años. De modo que en mi cabeza un castillo era algo similar a los palacios y los edificios que había visto en Viena. Cuando mi padre me dijo que nos mudábamos a un castillo en Alemania, yo pensé en esos palacios. Cuando llegamos allí, me encontré con un castillo de campo, con paredes muy anchas y hiedra creciendo en todos lados. En ese momento, me sentí algo decepcionada. Pero por supuesto que el castillo era genial, un lugar hermoso con un parque gigante. Era el lugar perfecto para crecer como niño.

¿Sientes que tu vida ha sido extra-ordinaria?
Sí, creo que sí. Siempre ha sido anómala en el buen sentido. Crecimos de un modo diferente de la mayoría de las familias, ya que nuestros padres nos llevaban a todo tipo de eventos: museos, inauguraciones en galerías, premiers en teatro, y también conocimos muchos otros artistas.

¿Tienes un buen recuerdo de aquellos días?
Sí, los recuerdo muy bien. Fueron tiempos divertidos, y creo que fue la forma ideal de crecer, para mí al menos. Esa manera de crecer me enseñó la importancia del arte, que no se trata solamente de algo bonito o decorativo sino que constituye los cimientos de cualquier civilización. Todo período histórico importante lo es por su arte.

Imagino que eso supuso un respeto por el arte bastante inmenso…
Bueno, sí, mi respeto por el arte es inmenso. Por cualquier forma artística (artes visuales, literatura, música, etc.) que sea real y genuinamente arte. Desafortunadamente parece que hay cierta confusión en la escena artística oficial respecto de qué es arte. El arte debe conmover o estimular o provocar algo en la persona que lo observa o entra en contacto con él. Cualquier cosa que consiga algo así creo que es válida, da igual de qué forma artística se trate o qué medios utilice. Pero se puede ver mucho del fenómeno “las ropas nuevas del emperador” en el mundo del arte. Si te paseas por unas cuantas galerías esto se vuelve evidente.

¿Y qué ves en todas esas obras en las galerías que no son arte?
Bueno, veo mucha cosa pretensiosa, muerta, aburrida, trabajos que son una broma. No se supone que el arte deba hacer sentir al artista que es un tipo ingenioso, interesante, complejo o misterioso. Y desafortunadamente veo mucho de esto en el arte en general. Para entender una obra de arte no ha de hacer falta un título universitario. O un componente destinado a volar la cabeza de unos hiper-intelectuales que luego se pavonean con sus reacciones súper inteligentes. El arte debe tener alma.

¿Tanta claridad sobre lo que el arte debe y no debe ser supuso una dificultad para ti al encarar tu propio camino en él?
No, no me hizo las cosas más difíciles. Creo que si eres realmente apasionado por el arte y sientes que es algo que debes hacer, que te sientes intranquilo si no lo haces, naturalmente creas un trabajo honesto, sin siquiera analizar qué es lo que haces y por qué. Sólo se trata de trabajar de una forma genuina o falsa. Puedes verlo claramente en la música también, como en otros campos artísticos. Siempre pienso en el blues como ejemplo de una honestidad absoluta en el terreno artístico. Es tan increíblemente auténtico y real... Tiene tanta alma…

¿A qué edad comenzaste a dibujar o pintar?
No recuerdo exactamente. Pero dibujo desde muy pequeña, y de forma constante. Para mí era muy importante llevar papeles y lápices a donde quiera que fuese. Cuando fui algo mayor, empecé a combinar pequeñas historias con ilustraciones e incluso dibujé algunas historias de cómic. También me volví muy apasionada por la literatura en mi adolescencia y acostumbraba ilustrar cada novela que leía.

¿En algún momento decidiste estudiar?
No, nunca quise realmente estudiar en una escuela [de arte]. Mi padre nunca lo consideró necesario tampoco. Yo simplemente me dediqué a dibujar todo el tiempo, y fui mejorando a través de esa montaña de dibujos. Llegó un momento en el que me influenciaron mucho otros artistas y me interesé más por el dibujo como una forma de arte. Recuerdo cuando mi padre me mostró algunos de los bocetos de Robert Crumb, me quedé totalmente fascinada por sus trabajos en tinta. Así que me compré un set profesional de bolígrafos de tinta y comencé a dibujar en tinta, y ese entusiasmo me duró bastante tiempo. Mi primera exposición de dibujos fue de dibujos en tinta. Mi padre hizo unos dibujos y aguafuertes que me inspiraron mucho, eran alucinantes, una serie completa de Edgar Allan Poe Illustra.

Y también probaste la música. Aprendiste a tocar el piano. ¿Cómo te fue con la música?
Tomé lecciones de piano en la escuela durante algún tiempo, y después seguí con lecciones privadas. Me encanta la música en realidad, y me gustaría continuar cerca de la música durante toda mi vida. Es importante como inspiración para los pensamientos y las ideas para nuevos trabajos artísticos, pero también es una necesidad tan esencial para cada día de mi vida… Aún toco mis valses de Chopin de vez en cuando, pero no he tomado lecciones en largo tiempo, y me gustaría ser mucho mejor en el piano. También tengo un banjo precioso que me gustaría perfeccionar.

¿Crees que la gente puede ser más visual, más auditiva, más nasal, como el personaje central de El Perfume? Me refiero más bien a las habilidades relacionadas con órganos determinados, no tanto a la inspiración.
Sí, probablemente. Hay gente que son genios en determinados campos, ya sea artes visuales, música o sonido, o con las palabras o la literatura. Algunos artistas son capaces de crear obras maestras en sus campos; si son más visuales o sonoros en la manera en que reciben el entorno no lo sé. Pero sin duda tienen su punto fuerte en crear.


Durante algunos años, Mercedes Helnwein se buscó la vida exclusivamente a través de la escritura y así volcó de forma profesional su ingente capacidad visual. Publicó artículos y narraciones cortas en revistas y escribió un par de libros (que se pueden bajar de su web), Devil Got Religion y Weird Old America, uno ficción y el otro un diario de viaje, ambas historias de travesías por el medioeste americano plagadas de imágenes, rareza y un humor de observadora compenetrada con el festín bizarro de los rincones más remotos de Estados Unidos. Y hace seis años decidió dar cabida a esa vocación por el dibujo que se le manifestaba de una forma irreverente, como compulsión por dibujar. No le gustaba la idea de inmiscuirse en el territorio de su padre, ¡pero resulta que esta chica es capaz de experimentar orgasmos estomacales cuando dibuja! Desde 2001 ha trabajado hasta desarrollar un estilo personal y ha expuesto intensamente. Ahora, mientras Simon & Schuster carga las máquinas para publicar en febrero su nueva novela, que lleva por título Kid, You’re Hooked, Mercedes ve a su carrera artística andar con pasos propios.
Sus retratos de gentes en posturas insólitas han tocado las fibras sensibles sin necesidad de prefacios. Kelly Osbourne y Nicolas Cage son algunos de los que han comprado obra suya y, en lo que llevamos de 2007, ha expuesto en Berlín, Dublín y Nueva York, mientras la prensa se rompe el coco para describir su talento. Los dibujos resultan visualmente impactantes; son trabajos en lápiz que siguen una gama cromática reducida (negro, rojo y azul principalmente) y que se inspiran en los cómics de Robert Crumb y en la obra del austriaco Alfred Kubin. La idea romántica al alcance de todos que predomina en sus libros, deja lugar en los dibujos a una atmósfera opaca e incluso a la indiferencia de la clase media y su estilo de vida decadente en The Book of Disquiet, su serie de 2005 sobre los pecados capitales que se inspira en el libro de Fernando Pessoa. Mientras que las más recientes, Local News y Strange Days, de la cual publicamos aquí algunas muestras, exploran su veta más críptica. En Local News ofrece una sucesión de accidentes domésticos y en Strange Days trae gestos épicos tan pequeños como absurdos. Las situaciones se nos vuelven más extrañas aún, no sabemos nada de ellas aunque a veces los dibujos lleven nombre de mujer, y permanecen la oscuridad de la serie anterior al igual que aquel humor que se palpa en sus escritos, ahora más bien como un barniz sutil que destella según cómo se mire. Hay algo del misterio narrativo de Gregory Crewdson aquí, pero la historia de cada dibujo es demasiado volátil y no alcanzamos a atraparla, viene sin palabras, sugiere y nos pega a la imagen como en un acto de hipnosis pero no sabemos lo que nos cuenta.

¿De dónde sale Strange Days?
Strange Days es el título que le di a una serie de dibujos que hice a finales de 2006. No comencé con el título para luego trabajar de acuerdo a la consigna. Hice los dibujos sin restricciones y sin temas, simplemente dibujé lo que me salió y terminé con una serie de imágenes extrañas. El nombre Strange Days me pareció que reunía muy bien a estos trabajos. Hice los dibujos para una exposición en la galería POOL de Berlín. Y luego viajaron a Nueva York para una muestra en la galería Bespoke.

La mayor parte de los retratados son mujeres en estos dibujos. Y son muy robustas. ¿Sabes por qué has dibujado principalmente mujeres y por qué se ven tan fuertes?
Bueno, las mujeres son un sujeto estético en lo que concierne al arte. Es muy fácil crear escenas con ellas. No era realmente conciente de que estas mujeres que utilizo se ven robustas; mi intención es crear escenas que pongan gran parte de la historia en manos del espectador. No me siento particularmente interesada en dibujar chicas guapas, tiene que haber algo que sea de algún modo intrigante. Escojo modelos que demuestran mucho carácter en sus rostros, en los que la expresión por sí misma sea capaz de contar una historia. También me gusta trabajar con hombres, pero de un modo totalmente distinto. Tengo un modelo que viene siempre que quiero dibujar un hombre, y él es fantástico. Los dibujos que hago de él siempre tienen mucho humor.

Justamente te quería preguntar si los retratados están actuando. Hay algo muy teatral en estos dibujos. Y la luz también, tan directa, también me recuerda la iluminación en un interrogatorio policial o algo así. Se puede sentir la presencia de alguien observando la escena.
Me gusta esa observación. Podría ser una performance teatral, es una buena manera de verlo. La iluminación siempre es muy importante para mí, porque en los dibujos en blanco y negro la luz es lo que determina toda la atmósfera. No tienes la capacidad expresiva del color para trabajar con ella, de modo que la iluminación se vuelve un elemento esencial. Incluso en mi trabajo totalmente en color, la luz tiene un rol muy importante. Agrega a las imágenes una gran parte de la historia, y puedo enfatizar determinadas partes del cuadro a través de la iluminación, exagerando la luz en puntos específicos. En algunos dibujos, me ha gustado cómo la iluminación aporta a la imagen una sensación de cuento de hadas.

¿Los modelos actúan libremente o tú eliges una posición? ¿Trabajan juntos para conseguir la situación específica que te interesa retratar?
Generalmente yo dirijo a los modelos. Algunas veces lleva un tiempo encontrar la posición perfecta, y luego otro tiempo para la iluminación adecuada para esa posición. Los ángulos de la cara de la gente también introducen cambios, de modo que puede hacer falta un buen rato para descubrir lo que le va bien a un modelo específico.

A veces realizas autorretratos. ¿Cómo lo haces entonces?
Pongo el timer en la cámara. Es un poco más complejo hacer autorretratos, porque hay mucho más trabajo fortuito involucrado. Nunca puedes saber realmente cómo se posa la luz sobre ti y hasta qué punto la posición que has escogido es la adecuada.

¿También tomas fotografías cuando trabajas con modelos o acostumbras dibujar bocetos?
Siempre fotografío las escenas que dibujo.

Vuelvo un poco atrás porque no me quedó claro: ¿tienes una idea previa de la posición que quieres que posen?
En algunas ocasiones tengo una imagen metal muy detallada de lo que busco: la posición exacta que quiero para el modelo, los objetos, la iluminación, la ropa… Pero otras veces no tengo idea de lo que haré cuando comience. A menudo, una vez que comienzo las ideas fluyen al ver lo que funciona con ese modelo en particular con el que trabajo: cómo interactúa con la luz, cómo se ven sus expresiones, etc.

Suena súper interesante.
Es una parte muy excitante del proceso, ya que en ese momento estás prácticamente creando la imagen.

The Book of Disquiet, Last Chapter of Dreaming, Local News: ¿siempre trabajas en los dibujos de forma independiente y luego los reúnes de acuerdo a algo común?
No siempre. En el caso de The Book of Disquiet, ya sabía que sería sobre el tema de los siete pecados capitales. Esa fue una exposición muy premeditada. Sabía incluso la cantidad de dibujos que haría, los tamaños, los colores, etc. Muchas veces cuando comienzo a trabajar para una exposición el tema es muy evidente, en otras ocasiones está allí vagamente, apenas sugerido, más como una sensación o una idea general, y otras veces no hay nada y dibujo lo que sea que pase por mi mente.

¿Local News realmente se basa en noticias de los periódicos?
No. Se basa en un dibujo en particular, un dibujo azul de una chica que sostiene un martillo y que se inclina hacia atrás, sobre unas escaleras. Por alguna razón, encontré que era un título que encajaba bien con el dibujo. Las noticias locales [Local News] para mí no necesariamente representan grandes titulares en los periódicos de crímenes violentos, sino más bien todas esas noticias breves tan bizarras que se publican en los periódicos locales, en ciudades pequeñas. Esas historias pueden ser verdaderamente extrañas. Y luego titulé toda la exposición a partir de este dibujo.

Esa sensación que también se puede encontrar en tus novelas de viajes. ¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto de escritura en este momento?
En febrero de 2008, se publica mi nueva novela, Kid, You’re Hooked, por Simon and Shuster. Definitivamente tiene algo de esa extrañeza, pero también algo de humor. Y sí, también estoy trabajando en una novela nueva.

¿Puedes contarnos algo sobre Kid, You’re Hooked?
Siempre es difícil poner una novela en una caja y hacer que suene bien, pero lo intentaré. Tiene lugar en Florida y a través del Medioeste, y básicamente es la historia de una chica que acaba de terminar el instituto e intenta escapar de la “normalidad” que amenaza con apoderarse de toda su vida. Se puede decir que termina abandonando Florida con un grupo de personajes raritos: un beatnik que quiere ser poeta y su primo gordo de diez años más un freaky devoto de Jesús que recogen en el camino. Son un grupo de gente bastante dispar que en situaciones normales nunca se hubieran reunido. La novela discurre entre sus aventuras por allí.

Me sugiere unas cuantas conexiones. Sobre todo las pelis de Todd Solondz. Me encantaría leerla.
¡Espero que mucha gente pueda leerla! Es un libro muy visual. Mientras escribía podía ver las historia de un modo muy visual, como si fuera una película.

Para terminar te quiero preguntar cómo es que te llamas Mercedes. He oído que en Alemania es un nombre de coches y ¡sólo de coches! Algo así como BMW.
Sí, Mercedes es un nombre muy español. En Alemania la gente piensa principalmente en el coche, pero mi padre no me llamó así precisamente por el coche, a él le gustaba el nombre español. De hecho, la hija del fundador de Mercedes Benz se llamaba Mercedes. Y él llamó así al coche en honor a su hija. Mi madre tuvo que contarles la historia a un montón de niños cuando yo era pequeña, porque ellos siempre pensaban que llamaba a su coche cuando me llamaba a mí.

www.mercedeshelnwein.com

6:51 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home